“Todos podemos hacer más…” Por Dr. José Luis Izaguirre T.
La Neurociencia Molecular es la disciplina que se ocupa en develar los misterios que encierra nuestro cerebro y los medios por los cuales éste lleva acabo tan extraordinario trabajo. Así como también de relacionar lo inmaterial (el Espíritu) con lo material (el Soma), el origen de la Conciencia, de la Inteligencia y del Pensamiento y revelar dónde radica el sentido del bien y del mal, así como qué es la Mente.
Es la inquietud de buscar la verdad lo que ha llevado a la ciencia a investigar los efectos: lo macro, lo molecular; así como a sus causas: lo micro, lo atómico y sub atómico. No obstante, detenerse en los aspectos macro celulares sería quedarse en las explicaciones psicológicas reflejas de estímulos y respuestas. Por lo tanto, dice Ernesto Santander en su libro La Inteligencia Espiritual: “La molecularización como método exploratorio del átomo cerebral, junto a la molarización como método comprobado acerca de la funcionalidad neurónica, nos dará una visión conjunta de los mecanismos cerebrales”. (La Inteligencia Espiritual, Ob. Cit,)
En el cerebro se realizan los procesos cognitivos, afectivos y conductuales, y todo ello se incrementa en el conocimiento de lo que sucede en esa intrincada red de conexiones inter-neurónicas del cerebro. A. Priban es el neurofisiólogo que más se ha ocupado en averiguar sobre la memoria, sin dejar de tomar en cuenta los trabajos de Vladimir Popovich, profesor de la ULA, (Anatomía del Pensamiento), y cómo funciona esta maquinaria y sus 3 R: registrar, retener y recobrar información.
Max Planck, en 1900, anunció la teoría que propone que los Átomos son espacios con un núcleo (Protón) alrededor del cual se mueven diminutas partículas (Electrones) formando un manojo de energía que al vibrar en un inmenso vacío, dan origen al llamado “campo de condensación quántico”.
Le subsiguen A. Einstein, con su teoría sobre la Energía: E= M.C2, donde M= E/C2; y luego Bose, quien se une a Einstein para respaldar la teoría de Planck aseverando que: “La naturaleza es discontinua y agrupa su energía en Quantos, y las vibraciones emitidas por el calor de un cuerpo no se reparten en forma continua sino discontinuas”. Broglie habla de la asociación o acoplamiento de las ondas de energía que al súperponerse unas con otras conforman grandes átomos.
Neils Bohr plantea su teoría de la “complementariedad”, donde los manojos de vibraciones que conforman las ondas mantienen su identidad en la conformación de estos átomos por lo que es imposible estudiar las partes sin destruir el átomo. Mas recientemente, la aparición de los trazadores metabólicos han demostrado que las sustancias proteicas fabricadas por el ARNt y almacenadas en el ARNm, son códigos de ondas electromagnética en manojos de vibración formadas por electrones y partículas que, al girar alrededor de los protones del núcleo, dan origen a los campos cuánticos de condensación B-E. (Bose –Einstein) donde se forman, manejados por la mente, los pensamientos de propósito, la conciencia, la inteligencia y los conceptos del amor y del bien, la moral y la ética y hasta la psicokinesis.
Es el humano el único ser que posee el don de utilizar ese campo energético de condensación cuántica para transformar los pensamientos en palabras y, con ayuda del ARNt de las neuronas corticales de la tercera circunvolución frontal y las de la primera parietal, coordinar los mandatos necesarios para movilizar los múltiples músculos que entran en el aparato fonador e imprimir a las ondas sonoras emitidas por las cuerdas vocales, los códigos que han de transportar las palabras. De allí que la palabra determina y califica al hombre.
Antes de entrar a considerar los nuevos paradigmas sobre el Sistema Nervioso y sus sub-sistemas demos una mirada a su evolución.
Salvando la distancia que hay entre el cerebro reptílico y la aparición de los hemisferios cerebrales de los simios y primates, en los cuales aún no se han desarrollado los lóbulos frontales, veamos la influencia que tuvo el origen y formación del conocimiento en la evolución y desarrollo de los lóbulos frontales y los hemisferios cerebrales.
Se atribuye al hombre de cromañón usar su brazo y mano derecha en labores cotidianas y en su lucha por la existencia en el medio tan lleno de dificultades como el que le toco vivir. Los actos volitivos dirigidos a realizar tales tareas dieron como resultado un mayor desarrollo del hemisferio izquierdo, el de la razón y la imaginación.
La necesidad de comunicarse y de expresarse dio origen a los primeros sonidos articulados generalmente acompañados por la mímica. El darse cuenta de los objetos que le rodeaban y poder hacer uso de ellos, dio origen a la conciencia de ser y por tanto, al conocimiento.
Los movimientos ordenados por la voluntad de hacer y la necesidad de comunicarse, pusieron en funcionamiento áreas que no existían y que poco a poco se fueron desarrollando hasta formar el lóbulo frontal (con la ampliación del hueso frontal) y la relación directa con el lóbulo parietal en los actos volitivos conscientes; con el temporal, con la ayuda del hipocampo, la memoria heredada y la analítica.
En la evolución de las especies, el primer cerebro en aparecer fue el de los reptiles, cerebro básico formado por:
- a) El tallo cerebral y bulbo protuberancial con su sistema reticular activador que, conectado con el neocortical, posee energía consciente en relación con el cerebro intermedio y superior.
- b) El ganglio basal alrededor del tallo cerebral, involucrado en la actividad motora y activador de la memoria sensorial.
- c) El cerebro reptílico hoy está comprometido con el comportamiento humano en actos repetitivos, instintivos, imitativos, ritos y rutinas.
El segundo cerebro, cerebro de los Paleo-mamíferos, formado por los dos hemisferios cerebrales relacionados entre sí por el cuerpo calloso, con sus lóbulos parietales, temporales y occipital, con esbozo del lóbulo frontal.
El tercer cerebro, denominado cerebro límbico, corresponde a la quinta parte del área cerebral, aparece en el Homo Sapiens y está constituido por:
- a) El Tálamo, responsable de la afectividad.
- b) El Hipotálamo, territorio de los químicos cerebrales, del placer y del dolor.
- c) El Hipocampo a cargo de la memoria cortoplacista, de la sexualidad, la espiritualidad.
- d) La Amígdala del cerebelo con sus reacciones de gratificación, de defensa, de agresión oral.
El sistema límbico se conecta con el endocrino (hormonal) por la hipófisis; con el inmunológico por la glándula Pineal (melatonina) que activa o retrasa los mecanismos de defensa; el S. Neuro-vegetativo de la vida intuitiva, digestiva, circulatoria, respiratoria.
El VI sentido, del sentir, del querer, del amor, lo afectivo, la pasión, los deseos, el odio; los estímulos an-espaciales, tiene su asiento en el tercer cerebro.
Hoy se considera un cuarto cerebro: el cortical, que en su evolución llega al altísimo nivel humano de complejidad, responsable del psiquismo superior, de la espiritualidad, de la supra conciencia de Chardin, de la Inteligencia Espiritual de E. Santander, asiento de la Psicokinesis, de la telepatía, de la Meditación trascendente de los grandes Avataras: Jesús, Buda, Lao Tse.
Robert Sperry, neuro fisiólogo, citado por Ernesto Santander, cualifica los dos hemisferios cerebrales en:
- El derecho, como intuitivo, analógico, imaginativo, metafórico, relacional, horizontal, impulsivo, libre, existencial, mítico, gestal, holístico, integral.
- El Izquierdo, como intelectual, deductivo, racional, analítico, lineal, vertical, secuencial, reduccionista, objetivo, jerárquico, atomista.
La doctora Helain de Beaufort dice: “cuando el cerebro izquierdo piensa ve la realidad en forma lineal; cuando el cerebro derecho piensa ve la realidad en forma espacial”. Podemos deducir que el cerebro izquierdo, por ser temporal, es utilizado por los poetas y escritores; en tanto que el derecho, por espacial, es utilizado por los pintores y escultores. Pero, tanto en unos como en otros, el papel más importante lo desempeña la Mente como enlace entre lo espiritual y lo material. Recordemos a León Tolstoy cuando dice: “No soy Yo quien escribe, es mi espíritu quien me dice lo que he de escribir”.
El doctor Peter Hottenlocher, de la Universidad de Chicago, en sus estudios histo-patológicos, demostró que el hemisferio izquierdo del niño contiene un mayor número de conexiones Inter neuronales que el derecho. La doctora Paula Tallal de la Universidad de Stanford, en sus estudios de Tomografía a Positrones (CTPed) empleando el trazador FDG (18fluordeoxiglucosa) en el cerebro de los niños, demostró que el hemisferio izquierdo es mayor en actividad y tamaño que el derecho.
En mi libro “De la vida y de la muerte”, en relación con el conocimiento, digo que la meta es integrar los fenómenos cerebrales físicos ya conocidos, con los fenómenos psíquicos en progresivo conocimiento, con los espirituales de lejano conocimiento; entonces podrán explicarse la totalidad de los mecanismos cerebrales: materiales y espirituales.
En relación con la formación del conocimiento y de acuerdo con la Cognosis, la función del cerebro se cataloga en dos segmentos y sus respectivos sub-sistemas.
- Primer segmento: captación, traslación y recepción de información: el subsistema comunicante físico-mecánico (Maxwell – Newton).
- Segundo segmento: Procesador y transformador de la información recibida: a la zona del subsistema cuántico inteligencial: corresponde al pensar, al sentir, al comportarse. Se pasa del mecanicismo a lo atomisista.
Los antiguos sabios chinos, como el Emperador Fu Xi del Siglo MC a. C., describe en el Libro de las Mutaciones – I Ching – “la materia se mantiene en constante vibración, como una cuerda sostenida en dos puntos extremos; la parte tensa, fija es lo manifiesto, la energía Yin, negativa; y la parte vibrante, en actividad, cuya amplitud, longitud y frecuencia de energía Yang positiva da la cualidad de vida”. También hablamos de este tema en el libro “De la vida y de la muerte”.
Según la teoría de Einstein, el átomo es un vacío donde se mueven las partículas de electrones, neutrinos, neutrones, hadrones, alrededor de un protón central, fue complementada por el físico indio Bose con el agregado de los movimientos de energía en ondas y que, juntos, ondas y partículas se condensan para formar un gran átomo con la presencia de nuevos elementos llamado fermiones y bosones, en honor al físico Fermi y de Bose.
Este gran átomo, demostrado por Cornel y Wieman en Colorado, recibe el nombre de Condensado de Einstein-Bose, y constituyen la formación más perfecta que existe por cuanto tanto las partículas y las ondas que lo forman, aunque en conjunto tienen propiedad y características propias, ni las partículas ni las ondas pierden sus propiedades y características individuales.
En el condensado Bose-Einstein sus propiedades cuánticas permiten tanto el orden de un fluido como un alto grado de unidad. Ernesto Santander, en su obra “La inteligencia espiritual” refiere que: “La estructura cuántica del condensado Bose-Einstein puede aportar la base física especial para la unidad de la conciencia, que emergería del ordenamiento de las diversas partes de la información. Sería una base cuántica ideal para la mente consciente”.
El profesor H. Fröhlich, de Liverpool, predijo la posibilidad de una condensación Bose-Einstien en tejidos vivos de alta complejidad, como es el cerebro, con hipercomplejidad en sus redes y en sus conexiones, donde los átomos podrían generar un condensado ordenado y ordenador de la información en códigos. Además, las neuronas vibran y la vibración tiene un efecto cuántico sobre los canales iónicos de la membrana, los llamados receptores de los cuales el ácido Enemetildaspártico –AE- permite el libre paso, y el ácido Amino butírico Gamma – AAG – lo impide.
Este abrir y cerrar de los canales iónicos genera oscilaciones y forman campos cuánticos coherentes como los de un condensado Bose-Einstein.
Tres razones apoyan esta suposición:
- a) la unidad de esta experiencia consciente y el hecho de que sólo el condensado tiene una unidad física.
- b) la velocidad con la cual el cerebro forma sus oscilaciones coherentes, pues el cerebro podría resolver de inmediato las combinaciones posibles de los datos y unificar rápidamente su experiencia (más de 10mil operaciones por segundo).
- c) Se comprobó que son cuánticos los campos eléctricos coherentes en el cerebro asociados con varios procesos del pensamiento.
El universo está formado por dos tipos básicos de partículas: los fermiones y los bosones. Los fermiones componen los neutrinos, protones, electrones y neutrones, constituyentes básicos del átomo. Los bosones son de ondas de relaciones de las que están hechas las fuerzas fundamentales que unen al universo: fuerzas electromagnéticas, gravitacionales, espaciales, nucleares fuertes y débiles; los bosones incluyen a los fotones, a los leptones y gravitones; sus ondas pueden superponerse y agruparse. Por ello los condensados Bose-Einstein son las estructuras mas unificadas de la naturaleza y pueden ser la base de la unidad de la conciencia.
Gracias a esta facultad se da el paso en la evolución gradual de la conciencia; además, su fuerte tendencia a unirse es el origen de estructuras más complejas como el condensado que parece existir en el cerebro, condensado cerebral en el que se escribe la información procesada originando los pensamientos que son expresados por el lenguaje.
Ernesto Santander resume todo este proceso afirmando que: “La física tradicional demuestra la captación y transmisión de información por energías electro-químicas; la física cuántica puede explicarnos el procesamiento de la información y el origen del pensamiento. Pero hay un nivel más profundo que no es físico tradicional ni ultra físico cuántico sino transfísico, para explicar la fase terminal de la operatividad cerebral con un pensar inteligente centrado en la verdad, con un sentir inteligente centrado en la amorosidad y con un comportarse inteligente centrado en la moralidad”, lo que coincide con lo expuesto por Armando Guerrero Smitter en su libro “El Universo” y con la cual estoy de acuerdo.
En este orden de cosas la Neurociencia Molecular permitiría aseverar que el YO trascendente no es otro que nuestro propio espíritu formado por el condensado cuántico de nuestra propia vibración ubicado en el anti espacio de la Noosfera. Pero este planteamiento abre la puerta al interrogante que sobre el Noo y la reencarnación dejamos en suspenso en mi libro “El Traje Viejo y Raido”.
Me permito recordarles que en mi libro “De la Vida y De la Muerte” la interrogante: ¿Por qué nos enfermamos? Fácilmente la podemos develar al considerar lo antes expuesto.
Según Watson y Crick el ADN contiene el mapa de la vida. Sabemos que la Vida tiene su asiento en la Timina, (si no hay timina no hay vida). Luego el equilibrio Vibracional de los átomos que forman las moléculas de Timina son armónicos con la vibración de los átomos de las moléculas de Citosina, Adenina y Guanina obtendremos una vida saludable.
Como estas vibraciones armónicas son las responsables de la formación de los códigos por medio de los cuales funcionan los ARNt y los ARNm responsables de mantener el equilibrio vital en las neuronas y demás células, cualquier perturbación en la vibración dará origen a una modificación en los códigos, o sea, una decodificación en el ADN y por lo tanto a la enfermedad.
De allí que la medicina moderna está dirigida principalmente a cuidar ese equilibrio funcional para evitar que se dañen los códigos o tratar de repararlos cuando estén dañados. De aquí la calificación de MEDICINA CUÁNTICA BIO-CIBERNÉTICA, que se ha convenido en dar, a estos estudios modernos.
Qué mi abuelo me haya recibido en este plano, no es azar.
– MF.